Curiosamente, el idioma inglés se originó con una tribu germánica que migró a Inglaterra (los anglos) entre los siglos V y VII d.C. El nombre mismo es un eco de una península en el Mar Báltico, llamada Anglia o Angeln. A lo largo del milenio, el idioma inglés se ha visto enormemente influenciado por otras lenguas germánicas, especialmente nórdicas, así como lenguas latinas y romances, por ejemplo, el francés.
Entre los siglos XVI y XVIII, el idioma inglés se expandió y evolucionó a medida que las olas de inmigrantes abarrotaron las colonias en todo América, Australia y Sudáfrica. Hasta el día de hoy, sigue evolucionando, a través del préstamos e integración de palabras del francés, alemán, español, italiano y yidis para formar un amplio vocabulario de importancia mundial.
De la población mundial de aproximadamente 7,5 mil millones de habitantes; 1,5 mil millones hablan inglés. Eso representa el 20% de la población mundial. Existen seis grandes países con mayoría de hablantes nativos de inglés que a veces se agrupan bajo el término “Angloesfera”. Ellos son, en orden descendente de habitantes de habla inglesa, los Estados Unidos (por lo menos 231 millones), el Reino Unido (60 millones), Canadá (por lo menos 20 millones), Australia (por lo menos 17 millones), Irlanda (4,2 millones) y Nueva Zelanda (3,8 millones).
Hay un viejo refrán que dice que Estados Unidos y Gran Bretaña son “dos naciones divididas por un idioma común”, este hace mención a una rivalidad amistosa. Esto no resulta sorprendente debido a lo territoriales que podemos ser en cuanto a nuestros antecedentes culturales y lingüísticos. ¿Sin embargo, realmente son tan diferentes?
La principal diferencia es el vocabulario y el uso de diferentes palabras identificables. Por ejemplo, los británicos denominan a la parte delantera de un auto “bonnet”, mientras que los norteamericanos le llaman “hood”. Los norteamericanos dicen que salen de vacaciones con la frase “go on vacation”, mientras que los británicos utilizan “go on holidays”. Existen realmente miles de diferencias en el uso.
Las pequeñas diferencias de ortografía también pueden atormentar a un traductor promedio. Noah Webster, lexicógrafo, político y profesor americano, se propuso reformar la ortografía del inglés americano a finales de los años 1700. Frustrado por las discrepancias que percibía, Webster quiso que las palabras se escriban tal como sonaban. Además del célebre Diccionario Webster, su legado al inglés americano se encuentra en la ortografía de palabras como: color/honor/labor/neighbor en comparación con colour/honour/labour/neighbour y así sucesivamente.
El inglés canadiense, por otra parte, históricamente ha favorecido la ortografía británica, incluso en el uso de la “s” vs. “z” en palabras como “realise” y “recognise”. No obstante, en cuanto al vocabulario, el inglés canadiense y el inglés americano están más armonizados. Los canadienses dicen “truck” y “elevator” y los británicos usan “lorry” y “lift”.